viernes, 23 de noviembre de 2007

Un fósil revela que hubo escorpiones de 2,5 metros


Hallada una pinza de 46 centímetros de un antiguo arácnido marino gigantesco. El vestigio sugiere que los artrópodos terrestres eran mayores de lo que se estimaba.


Entre las imágenes pavorosas que produjo el cine fantástico de la época de la guerra fría y el terror nuclear, el ataque de arácnidos gigantes es una de las más recurrentes. En la ficción, esas criaturas monstruosas y poco amigables solían ser producto de alguna mutación causada por un accidente atómico, pero bien podrían haber sido los descendientes de unos artrópodos descomunales que sí existieron en un pasado remoto. Un fósil descubierto en Alemania y analizado por científicos de la Universidad de Bristol aporta la prueba que permite asegurar que hace 390 millones de años había escorpiones marinos de dos metros y medio.El vestigio, cuyo hallazgo en una cantera cercana a la ciudad de Prüm (junto a la frontera belga) ha sido publicado en la revista de la Royal Society Biology Letters, bastará para alimentar las pesadillas de las personas con aracnofobia. Se trata de una pinza fosilizada de 46 centímetros de largo que perteneció a un Jaekelopterus rhenaniae, un euriptérido o escorpión de mar, de 250 centímetros y 180 kilos de peso. Puesto que los euriptéridos, que vivieron hace entre 460 y 225 millones de años, son los ancestros extinguidos de los escorpiones y, posiblemente, de todos los arácnidos, los científicos consideran que es muy posible que los artrópodos terrestres tuvieran en algún momento un tamaño mucho mayor de lo que imaginamos.


Insectos monstruosos


"Sabíamos desde hace un tiempo, gracias a los fósiles, que había ciempiés monstruosos, escorpiones de gran talla, cucarachas colosales y libélulas enormes, pero nunca caímos en la cuenta de lo grandes que podían llegar a ser algunos de estos bichos hace millones de años", señaló uno de los descubridores del fósil, el profesor Simon Braddy, del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol. "La pinza fue descubierta por mi colega alemán Markus Poschmann hace unos años -explicó Braddy a la BBC-. Él contactó conmigo y me envió una foto del fósil. Cuando vi el tamaño, quedé totalmente asombrado y pensé: 'Dios, esto pertenece a un monstruo'". No existe en la comunidad cien-tífica unanimidad respecto a los artrópodos gigantes. Algunos geólogos sostienen que debían su enorme talla a un elevado índice de oxígeno en la atmósfera; otros piensan, en cambio, que evolucionaron en paralelo con su principal presa, los primeros peces con caparazón. Para el profesor Braddy, "no existe una explicación simple, pero sí hay buenas razones para pensar que si esas criaturas eran grandes se debía más bien a que entonces no tenían que rivalizar con los vertebrados".

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